El conflicto entre Israel y Hezbollah ha escalado significativamente, después de que el grupo terrorista libanés lanzara el domingo más de 150 cohetes, misiles y drones contra el norte de Israel. Las sirenas de alerta sonaron en decenas de comunidades cercanas al Mar de Galilea, y los proyectiles impactaron en áreas como Kiryat Bialik, en las afueras de Haifa, provocando incendios en edificios y daños materiales considerables.
En respuesta, el ejército israelí intensificó sus bombardeos sobre objetivos de Hezbollah en el sur de Líbano, utilizando decenas de aviones de combate para atacar las posiciones del grupo terrorista, apoyado por Irán. El jefe del Estado Mayor de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), Herzi Halevi, advirtió que los ataques continuarán aumentando en intensidad hasta eliminar las amenazas dirigidas a la población civil israelí.
El primer ministro Benjamin Netanyahu subrayó la necesidad de proteger la soberanía israelí, mientras que el Ministro de Defensa, Yoav Gallant, destacó que Hezbollah ha enfrentado su semana más difícil, con la muerte de importantes líderes como Ibrahim Aqil en Beirut. A pesar de esto, Hezbollah afirmó que seguirá respondiendo y que la situación ha entrado en una "nueva fase de ajuste de cuentas" contra Israel.
El conflicto ha puesto a cientos de miles de personas en refugios, mientras que las autoridades israelíes mantienen cerradas las escuelas y limitadas las actividades en el norte del país debido a la amenaza constante de nuevos bombardeos. La Unión Europea y el Reino Unido han hecho un llamado a un alto el fuego urgente para evitar una escalada mayor en la región.
0 Comentarios