Washington, D.C. – El gobierno de Estados Unidos impuso sanciones este miércoles a una refinería ubicada en la provincia de Shandong, China, acusándola de adquirir petróleo iraní por más de 1.000 millones de dólares. Según el Departamento del Tesoro, las ganancias generadas por estas transacciones estarían financiando al régimen iraní y su respaldo a grupos terroristas.
De acuerdo con las autoridades estadounidenses, parte del crudo adquirido por la refinería provino de una empresa fachada vinculada a la Guardia Revolucionaria de Irán. Además, se incluyó en la lista de sanciones a varias empresas y embarcaciones relacionadas con estos envíos.
El Departamento de Estado señaló que esta acción forma parte de una estrategia más amplia para frenar las exportaciones ilícitas de petróleo iraní, especialmente aquellas destinadas a China. “Mientras Irán intente generar ingresos petroleros para financiar sus actividades desestabilizadoras, Estados Unidos responsabilizará tanto a Irán como a todos sus socios en la evasión de sanciones”, expresó Tammy Bruce, portavoz del Departamento de Estado.
Las sanciones se anuncian en un contexto de crecientes tensiones con Irán, acusado de apoyar a grupos como los hutíes en Yemen, Hezbollah en Líbano y Hamas en Gaza, todos señalados por sus acciones contra intereses internacionales y regionales.
En paralelo, el expresidente Donald Trump reafirmó su posición de línea dura frente al programa nuclear iraní. Durante una reunión con la prensa en la Casa Blanca, afirmó que Irán no debe adquirir armas nucleares y no descartó el uso de la fuerza militar para impedirlo. “Si tenemos que hacer algo muy duro, lo haremos”, declaró Trump, agregando que su gobierno resolvería el problema “rápidamente”.
Las tensiones entre Washington y Teherán se intensifican mientras se prepara una nueva ronda de negociaciones indirectas sobre el programa nuclear iraní, prevista a celebrarse en Roma. Por el momento, no ha habido respuestas oficiales por parte de los gobiernos de China o Irán frente a las sanciones anunciadas.
La acción de Estados Unidos refuerza su política de presión sobre Irán y sus aliados económicos, en un intento por limitar los ingresos que, según afirma, son utilizados para desestabilizar la región y financiar actividades terroristas.

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