Trump, a través de una publicación en su plataforma Truth Social, instó al gobernador canadiense a comprender que la respuesta de EE. UU. a las medidas de Ottawa será un aumento proporcional de los aranceles, agravando la creciente tensión comercial entre ambos países.
Este conflicto se enmarca dentro de una serie de aranceles proteccionistas impuestos por Trump a varios de sus principales socios comerciales, lo que ha generado reacciones inmediatas en países como Canadá, México y China. En este contexto, los mercados internacionales, desde Asia hasta Estados Unidos, sienten el impacto de estas políticas, consideradas como las más altas desde la década de 1940.
México también ha anunciado su intención de responder con medidas "arancelarias y no arancelarias", mientras que en Canadá, la canciller Mélanie Joly calificó las tarifas de una "amenaza existencial", señalando que miles de empleos están en juego. Por su parte, Trudeau ha advertido que su país tomará medidas adicionales a partir de la medianoche, aplicando un 25% de aranceles sobre 155.000 millones de dólares en productos estadounidenses.
La situación ha generado preocupación entre los ciudadanos de ambos países, especialmente en áreas industriales clave como Windsor, Canadá, y el puerto de Otay en México, donde los trabajadores temen los efectos de los aranceles en sus empleos y negocios.
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