En un discurso ante el Congreso de Estados Unidos, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, reafirmó la importancia de la alianza entre Estados Unidos e Israel en la lucha contra Hamas y otros grupos armados respaldados por Irán. El discurso, que tuvo lugar el miércoles, provocó el boicot de algunos demócratas destacados y atrajo a miles de manifestantes al Capitolio en protesta contra la guerra en Gaza y la crisis humanitaria resultante.
"Estados Unidos e Israel deben permanecer unidos", declaró Netanyahu, portando un pin amarillo en solidaridad con los rehenes israelíes retenidos por Hamas. "Cuando permanecemos juntos ocurre algo realmente grande: nosotros ganamos, ellos pierden".
Netanyahu enfatizó que tanto Israel como Estados Unidos y el mundo árabe enfrentan la amenaza del "eje del terror" de Irán. "Nuestro mundo está convulsionado. En Oriente Medio, el eje del terror de Irán se enfrenta a Estados Unidos, Israel y nuestros amigos árabes. Esto no es un choque de civilizaciones. Es un choque entre barbarie y civilización", afirmó.
El primer ministro israelí también expresó su confianza en los esfuerzos para liberar a los rehenes secuestrados por Hamas, agradeciendo al presidente estadounidense Joe Biden por su "medio siglo de amistad con Israel y por ser, como él dice, un orgulloso sionista".
Durante su discurso, Netanyahu describió los horrores perpetrados por Hamas, mencionando que sus miembros "violaron a mujeres, decapitaron a hombres, quemaron vivos a bebés" y secuestraron a 255 personas, tanto vivas como muertas, llevándolas a las "oscuras mazmorras de Gaza".
A pesar de las protestas y el boicot de algunos demócratas, incluyendo a la ex presidenta de la Cámara de Representantes Nancy Pelosi, el líder de la mayoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer, asistió al discurso, afirmando que "aunque no estoy de acuerdo con muchas de las políticas de Bibi, asistiré al discurso porque la relación de Estados Unidos con Israel sigue siendo férrea".
Fuera del Capitolio, cientos de manifestantes protestaron contra Netanyahu, pidiendo el fin de la guerra en Gaza y la liberación de los rehenes, enfrentándose a la policía que utilizó gas pimienta para dispersarlos.
Netanyahu busca presentarse como un estadista respetado por el principal aliado de Israel, en medio de críticas crecientes tanto en Israel como en Estados Unidos, donde la guerra se ha convertido en un tema clave en las próximas elecciones presidenciales.
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