La gobernadora reportó que los grupos en disputa eran aliados, pero la pugna interna derivó en la serie de enfrentamientos que han generado temor en la población por balaceras y ejecuciones
La narcoguerra en Colima ha dejado al menos 15 personas asesinadas por disparos de armas en la última semana, donde se han registrado balaceras, narcomantas y el terror en pobladores de la zona metropolitana.
Después de la ola de violencia, la fiscalía del estado reconoció que se trata de una disputa entre grupos delincuenciales que azotó de forma consecutiva durante cinco días y obligó a la suspensión de clases como al cierre de negocios, incluso al reforzamiento con funcionarios del gabinete de seguridad federal.
Por estos hechos solo se han detenido a dos sujetos por posesión de armas de fuego, pero los daños a inmuebles, heridos, quema de vehículo y el secuestro de un hombre a manos de supuestos sicarios, abundaron desde el pasado 7 de febrero en los municipios de Colima, Villa de Álvarez, Coquimatlán y Manzanillo.
De ahí que se abrieron varias carpetas de investigación por los delitos de homicidio calificado, tentativa de homicidio, amenazas, disparo de arma de fuego, así como daños y violación a la ley federal de armas de fuego y explosivos. Hasta ahora no se ha anunciado un reforzamiento ni la llegada de más agentes, pero la gobernadora informó de operativos especiales.
Aunque no se identificó oficialmente a las facciones en disputa, los informes indican que se trata de pugnas entre antiguos aliados del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), contra los Mezcales y/o Cártel Independiente de Colima, según los narcomensajes que han dejado en diversas colonias de la ciudad.
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