La migración de dominicanos al extranjero tiene raíces centenarias, desde los primeros inmigrantes en 1613 hasta la emigración masiva de 1966 y el éxodo económico de los años 80. A pesar de las dificultades, la diáspora dominicana se ha convertido en una fuerza económica crucial, contribuyendo con aproximadamente el 12% del PIB.*
*Este fenómeno, lejos de diluir la identidad dominicana, la fortalece. A pesar de la discriminación y los obstáculos políticos, los dominicanos en el extranjero siguen mostrando un profundo amor por su tierra. Las contribuciones, ya sea a través de remesas o el éxito en el exterior, han servido como ejemplos inspiradores.*
*El artículo 22 de la Constitución de 1994 permitió el sufragio de los dominicanos en el exterior y la creación de diputados de ultramar en 2011. Sin embargo, el desencanto ha crecido debido al distanciamiento de estos representantes. La discriminación persistente, especialmente en la participación política, refleja una contradicción flagrante con la Constitución.*
*A pesar de estos desafíos, la diáspora dominicana continúa demostrando su compromiso con la patria. El artículo 18 de la Constitución garantiza los derechos de los hijos de padres dominicanos, incluidos aquellos nacidos en el extranjero. Es hora de honrar la justicia y fortalecer la universalidad de estos derechos en el tejido democrático de la nación.
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