El Meraj-532 está diseñado para poder despegar de un vehículo, tiene un techo de operatividad de 3.600 metros y una autonomía de tres horas. El anuncio encendió las alarmas en Occidente por el historial exportador de armas de Teherán
La Guardia Revolucionaria iraní ha informado de que está ya probando un nuevo modelo de “drone suicida” con capacidad para transportar 50 kilogramos de explosivo y un alcance de 450 kilómetros.
El jefe de la Organización Yihad para la Investigación y la Autonomía de las Fuerzas de Tierra de la Guardia Revolucionaria, el general Alí Kuheztani, ha explicado en declaraciones a la agencia Tasnim que el nuevo vehículo, denominado Meraj-532 “ha sido probado con éxito”.
Este nuevo drone de fabricación iraní está equipado con un motor de combustión interna capaz de cubrir una distancia de 450 kilómetros solo de ida, ha explicado Kuheztani.
El drone está diseñado para poder despegar de un vehículo, tiene un techo de operatividad de 3.600 metros y una autonomía de tres horas lo que le permite además impactar en objetivos con una gran precisión, ha subrayado el general.
El Meraj-532 puede además ser desmontado y montado rápida y fácilmente lo que lo convierte en una opción para operaciones de reacción rápida.
El anuncio iraní provoca alarma en la comunidad internacional por el historial de exportación de drones a Rusia. De hecho, el suministro ha provocado una serie de nuevas sanciones contra la república por parte de países como Estados Unidos, Australia y la Unión Europea.
Hasta hora se conocían los Mohajer-6, que tienen un alcance de unos 200 kilómetros y llevan dos misiles bajo cada ala y los drones explosivos Shahed (“testigo” en persa), masivamente exportados a Rusia para su uso en la invasión ilegal de Ucrania.
El Shahed 129, lleva una carga de unos 60 kilogramos y puede permanecer en vuelo unas cuatro horas, mientras que el Shahed 191 puede volar cinco horas, cargado con 70 kilogramos.
Los Shahed iraníes, que Rusia ha rebautizado como Geran-2, tiene una carga explosiva y pueden quedarse suspendidos en el aire sobre sus objetivos antes de atacar. Pueden lanzarse en rápida sucesión desde plataformas y su característico diseño con forma de A los hace fáciles de identificar.
El Ejército ucraniano asegura que ha derribado cientos de esos drones “kamikaze” de fabricación iraní. Se cree que Rusia ha ordenado unos 2.400 drones de este modelo.
Los drones también se han convertido en un arma clave para los representantes de Irán en la región, como los houthis de Yemen, que han utilizado ataques con drones no sólo contra objetivos nacionales, sino también contra Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos.
Aunque es sabido que los funcionarios iraníes hacen afirmaciones sobre capacidades militares que no pueden verificarse de forma independiente, los analistas de la Agencia de Inteligencia de Defensa, con sede en Estados Unidos, esbozaron cómo Irán había pasado de ser un jugador regional de drones en Oriente Medio a convertirse en el respaldo militar más importante de Moscú en la guerra.
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