El premier pidió a los manifestantes no actuar con violencia en las protestas que se desarrollan ahora mismo en Jerusalén
En medio de una huelga general y una nueva jornada de protestas, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, anunció que postergará por un mes el tratamiento a la polémica reforma judicial que desató protestas masivas y huelgas en el país.
El primer ministro israelí dijo que ordenó “el tiempo de espera” de la controvertida legislación hasta después del receso de la Knesset para “dar una oportunidad real para un diálogo real”.
“Una cosa que no estoy dispuesto a aceptar: hay una minoría de extremistas que están dispuestos a destrozar nuestro país… llevarnos a la guerra civil y pedir que se nos niegue el servicio militar, lo cual es un crimen terrible”, agregó Netanyahu.
El mensaje estaba programado para la mañana (hora local), pero ha estado postergándose. Mientras tanto, en Twitter, el premier pidió a los manifestantes no actuar con violencia en las protestas que se desarrollan ahora mismo en Jerusalén. “Hago un llamamiento a todos los manifestantes de Jerusalén, tanto de derecha como de izquierda, para que se comporten con responsabilidad y no actúen con violencia. Todos somos hermanos”, señaló en un comunicado difundido por su partido Likud.
Mientras decenas de miles de israelíes han vuelto a salir a las calles a protestar en contra de la reforma judicial, grupos de extrema derecha, simpatizantes del gobierno y en favor de la misma, anunciaron también hoy su intención de llevar a cabo contramanifestaciones.
Algunos de estos grupos, como el ultraderechista La Familia, es conocido por actuar con violencia, por lo que la policía ha desplegado agentes adicionales para evitar incidentes, sobre todo en Jerusalén, donde en estos momentos ya se desarrolla una protesta masiva frente a la Knéset (Parlamento israelí) para exigir el fin de la reforma.
El primer ministro iba a hacer un anuncio importante esta mañana, según medios israelíes, pero su intervención se vio constantemente retrasada mientras mantiene reuniones con sus socios de coalición para consensuar cómo proceder ante la grave fractura social causada por la reforma, vista por sus detractores como una amenaza para la democracia porque socava la independencia de la Justicia.
Según filtraciones a los medios hebreos, Netanyahu habría convencido a la mayoría de sus socios de la necesidad de suspender temporalmente la tramitación parlamentaria de la reforma, aunque algunos como el extremista Itamar Ben Gvir, se opone y habría amenazado con abandonar la coalición. Tanto él como otros líderes derechistas animaron a participar esta tarde en la manifestación en Jerusalén en favor de la reforma para “que no nos roben las elecciones”.
“Hoy dejaremos de estar en silencio. Hoy la derecha se despierta”, escribió Ben Gvir en su cuenta de Twitter.
El movimiento de protestas se vio ayer espoleado por el despido del ministro de Defensa, Yoav Gallant, el primer miembro del Ejecutivo y del Likud en expresar abiertamente su deseo de frenar la reformaante la división social generada, y castigado por Netanyahu por ello.
Un récord de más de 650.000 israelíes salieron anoche a las calles de todo el país y decenas de miles volvieron a hacerlo hoy, cuando la Unión General de Trabajadores, el principal sindicato de Israel, llamó a una huelga general.
Los principales bancos, la compañía eléctrica, cadenas de restauración, grandes almacenes y numerosos ayuntamientos, incluido el de Tel Aviv se han adherido a la huelga; mientras que el sindicato de trabajadores del aeropuerto de Ben Gurion han logrado cancelar el despegue de vuelos.
“Hay una cosa que los extremistas de este Gobierno no tuvieron en cuenta: a ustedes”, clamó a los manifestantes en Jerusalén el ex primer ministro y actual líder de la oposición, Yair Lapid.
Además, llamó a continuar las protestas y denunció que el Ejecutivo ha sido “cooptado por un grupo mesiánico, nacionalista y antidemocrático”.
(Con información de EFE)
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