Por noveno día consecutivo, las calles de todo el país se colmaron de trabajadores que se oponen a la reforma de pensiones y se registraron 80 detenidos y 123 policías heridos
Las calles de Francia, desde las pequeñas ciudades hasta la capital, siguen siendo escenario de protestas que a diario tienen lugar en rechazo a la reforma de las pensiones aprobada esta semana por el Ejecutivo de Emmanuel Macron.
Este jueves, en lo que fue la novena jornada consecutiva de manifestaciones, los sindicatos -a la cabeza de los reclamos- celebraron la fuerte convocatoria a las marchas, un récord desde su inicio el pasado 19 de enero.
Según comentaron, unas 3.5 millones de personas se sumaron desde distintos puntos del país, organizadas en 300 concentraciones. De este total, unas 119.000 corresponden sólo a París, donde los turistas que visitan la famosa capital de la Torre Eiffel se topan con estas inusuales postales.
“El movimiento sindical muestra la determinación del mundo laboral y de la juventud para obtener la retirada de la reforma”, manifestaron los líderes sindicales.
Sin embargo, lo que comenzó siendo como un punto de reunión pacífico, se desvirtuó con el correr de las horas y derivó en enfrentamientos con la policía, que debió reprimir a las personas con gases lacrimógenos.
Los disturbios incluyeron la quema de montañas de basura aún sin recoger en las aceras, 123 gendarmes heridos y unas 80 personas detenidas, precisó el ministro de la cartera del Interior, Gérald Darmanin.
Tras la convocatoria con mayor asistencia en la historia de París, los sindicatos redoblaron la apuesta y llamaron a intensificar las medidas de fuerza, en un momento que consideran clave para conseguir que el Ejecutivo dé marcha atrás sobre el proyecto.
Para ello, convocaron a una nueva toma de las calles el próximo martes, justo cuando estarán de visita en Francia el rey Carlos III y la reina consorte, Camila, del Reino Unido.
El monarca tiene previsto realizar su primer viaje al extranjero desde su llegada al trono y visitará no sólo la capital del país sino, también, la ciudad de Burdeos -al suroeste- por lo que las protestas seguramente se esparcirán nuevamente por toda la nación.
Desde el Palacio de Buckingham han desmentido versiones que, más temprano, ponían en duda la el viaje y, por el contrario, afirmaron “no tener conocimiento de ningún cambio de planes” en la visita a raíz de estas protestas.
La cantidad de adherentes a estas marchas aumentó significativamente luego de que, el pasado día 20, el Ejecutivo de Macron decidiera aprobar la controversial reforma jubilatoria que busca elevar la edad mínima para ello de 62 a 64 años.
Para ello, se valió del artículo 49.3 de la Constitución que le concedió la luz verde sin la necesidad de abrir un debate en el Parlamento, incluso, a pesar de estar al tanto del gran descontento que suscitó en la población y de las advertencias de los sindicatos.
Si bien el proyecto aún está pendiente del dictamen del Consejo Constitucional, días atrás Macron brindó una serie de entrevistas en televisión en las que aseguró que entrará en vigencia a finales de año y lo defendió como un pilar fundamental para alcanzar un presupuesto viable. Los trabajadores consideraron que con ésta movida sólo “echó un bidón de gasolina al fuego”.
Por último, esta semana, el oficialismo logró eludir exitosamente una moción de censura que la oposición había presentado en su parte y que podría haber hecho tambalear la estabilidad de su gestión.
(Con información de AFP, AP y EFE)
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