Rafael Amaya salió de la clínica de rehabilitación donde permaneció por seis meses, y pasará la Navidad y Año Nuevo al lado de su familia.
Como se confirmó recientemente, la ausencia de Amaya se debió a que estaba en tratamiento para librarse de las adicciones en una clínica propiedad de Julio César Chávez, a donde fue llevado por su amigo, el cantante Roberto Tapia.
El director de esa clínica es Carlos Appel, primo del actor, quien dijo que Amaya está muy bien, salió muy fortalecido emocionalmente para iniciar una nueva etapa en su vida, ya libre de sustancias y con toda la intención de llevar una rutina saludable y dedicarse de lleno a su trabajo.
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