Niño de 3 años simboliza esperanza en la tragedia del funicular de Lisboa

 

Lisboa, Portugal. – Entre el caos, el polvo y los restos metálicos del funicular Elevador de la Gloria, una imagen de humanidad y esperanza emergió tras la tragedia: un niño alemán de solo tres años extendió los brazos y suplicó “¡Agárrame, por favor!”. Su rescate, en brazos de un agente policial, se convirtió en el símbolo de consuelo en medio del accidente que dejó 16 muertos y más de 20 heridos el pasado 3 de septiembre en Lisboa.


El vehículo, con capacidad para 42 pasajeros, se desplomó en la empinada cuesta de la Avenida da Liberdade, provocando escenas de horror que marcaron a los testigos. El menor, con el rostro cubierto de sangre pero sin heridas graves, fue rescatado por civiles y el policía que permaneció a su lado incluso durante la primera noche en el Hospital San José.


La tragedia ha dejado familias destrozadas y víctimas de ocho nacionalidades distintas, mientras las autoridades portuguesas trabajan en esclarecer las causas del accidente. Informes preliminares indican que el funicular había superado horas antes una inspección rutinaria y que el cable de tracción aún tenía más de 260 días de vida útil antes de su reemplazo programado.

La madre del niño continúa hospitalizada en estado crítico, mientras su padre, inicialmente dado por muerto, fue confirmado como sobreviviente en condición estable. El menor ya se encuentra bajo el cuidado de familiares que viajaron desde Alemania.


El gobierno portugués y el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses mantienen bajo investigación los restos del funicular, en un proceso que busca determinar con precisión qué originó la peor tragedia ferroviaria reciente en la capital lusa.


La escena del pequeño extendiendo sus brazos en medio de los escombros ha dado la vuelta al mundo, recordando que incluso en la oscuridad más profunda, la humanidad puede ofrecer un gesto de luz.

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