Malibú. El reconocido actor Michael Madsen, célebre por sus papeles en clásicos como Reservoir Dogs y Kill Bill, falleció a los 67 años en su residencia de Malibú, California. La causa oficial de su muerte fue insuficiencia cardíaca, con enfermedad cardíaca y alcoholismo como factores contribuyentes, según informó su cardiólogo personal a la cadena NBCLA.
El cuerpo del actor fue hallado sin vida el pasado 3 de julio. Un portavoz del Departamento del Sheriff del Condado de Los Ángeles confirmó que fue declarado muerto en el lugar a las 8:25 de la mañana y descartó indicios de violencia o intervención de terceros.
Su hermana, la también actriz Virginia Madsen, lo despidió con un emotivo mensaje a través de la revista Variety: “Era trueno y terciopelo. Travesura envuelta en ternura. Un poeta disfrazado de forajido”. Las palabras reflejan la dualidad del artista, cuya carrera estuvo marcada por una presencia intensa en pantalla y una lucha personal fuera de los reflectores.
Durante años, Madsen enfrentó un combate constante contra el alcoholismo. Fuentes cercanas revelaron que el actor mantenía un “esfuerzo valiente” por mantenerse sobrio, tras múltiples ingresos a rehabilitación. En los días previos a su fallecimiento, allegados manifestaron preocupación por su estado emocional, señalando señales de angustia financiera y vulnerabilidad.
Madsen seguía activo en el cine independiente. Sus representantes informaron que preparaba el lanzamiento de nuevos filmes como Resurrection Road, Concessions y Cookbook for Southern Housewives, además de un libro inédito titulado Tears For My Father: Outlaw Thoughts and Poems.
La carrera de Madsen despegó en los años ochenta con WarGames, pero alcanzó notoriedad mundial gracias a sus colaboraciones con Quentin Tarantino. Fue Mr. Blonde en Reservoir Dogs (1992) y participó en Kill Bill, The Hateful Eight y Once Upon a Time in… Hollywood. Su estilo inconfundible lo consolidó como uno de los íconos del cine de culto.
La noticia de su muerte generó reacciones inmediatas en la industria. Harvey Keitel expresó: “Hemos perdido a otro gran poeta estadounidense… Dale un abrazo a Chris de mi parte”, en alusión a Chris Penn, su compañero en Reservoir Dogs. Vivica A. Fox, coprotagonista en Kill Bill, lo recordó como “una presencia en pantalla increíble”. Stephen Baldwin, quien trabajó con Madsen en varias películas, declaró: “Me rompe el corazón enterarme de su fallecimiento. Un verdadero original, intrépido e inolvidable”.
Michael Madsen deja un legado artístico inolvidable, caracterizado por personajes duros pero complejos, y una sensibilidad poética que, como señaló su hermana Virginia, “dejó huella”. Su partida marca el adiós a una figura irrepetible del cine contemporáneo.
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