Las redes sociales han democratizado la información, brindando a ciudadanos la oportunidad de ser creadores de contenido. Los influencers, con su capacidad para alcanzar a grandes audiencias, se han convertido en figuras influyentes en la sociedad mediática actual. Sin embargo, este reconocimiento conlleva una responsabilidad significativa.*
*Ser un influencer va más allá de la acumulación de seguidores; implica la capacidad de influir positiva o negativamente en la audiencia. Muchas marcas confían en la conexión emocional entre los influencers y su audiencia para promocionar productos. No obstante, la influencia de estos personajes se extiende más allá del ámbito comercial y afecta la formación de opiniones y tendencias sociales.*
*Ejemplos recientes, como el caos desatado por un mensaje de Santiago Matías en la Zona Colonial o la polémica generada por tuiteros como Euric Santi, muestran el impacto real que pueden tener en la sociedad. Imaginemos un escenario donde un influencer manipula información para respaldar a un candidato político, poniendo de manifiesto la necesidad de un compromiso ético.*
*Es esencial destacar que la falta de conciencia y regulación sobre el impacto de los influencers puede conducir a la difusión de información errónea, la promoción de comportamientos perjudiciales o la generación de controversias innecesarias. En una sociedad del espectáculo y el morbo, la responsabilidad y el compromiso ético son fundamentales para preservar el bien común y la convivencia social.*
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