Las diferencias persisten especialmente en materia de pesca. A pesar del pesimismo generalizado, las partes acordaron continuar con las negociaciones el viernes
Las negociaciones entre la Unión Europea y el Reino Unido para llegar a un acuerdo sobre su relación post-Brexit quedaron este jueves al borde del colapso, al punto que los máximos dirigentes señalaron que superar las diferencias “será muy difícil” y un fracaso del diálogo es “muy probable”.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el primer ministro británico, Boris Johnson, mantuvieron en la noche del jueves un nuevo contacto telefónico, y ambos admitieron las dificultades persistentes en declaraciones posteriores.
“Nos alegramos de los avances sustanciales logrados en muchas cuestiones” pero “aún quedan por salvar grandes diferencias, en particular en materia de pesca” y “superarlas será muy difícil”, señaló Von der Leyen en una nota oficial.
En tanto, en una declaración la oficina de Johnson señaló que “parece muy probable que no se llegue a un acuerdo a menos que la posición de la UE cambie sustancialmente”.
De acuerdo con el gobierno británico, la postura de la UE en materia pesquera “simplemente no es razonable”, y para alcanzar un acuerdo Bruselas tendría que cambiar de enfoque “significativamente”.
En materia pesquera, Londres “no puede aceptar una situación en la que sería el único país soberano del mundo sin control del acceso a sus propias aguas”, apuntó el gobierno. Por ello, añadió, las negociaciones estaban en una “situación muy seria”.
A pesar del pesimismo generalizado, Von der Leyen y Johnson acordaron que las negociaciones serían retomadas el viernes.
Antes del contacto telefónico, fuentes a ambos lados del canal de La Mancha indicaban que apenas se trataría de repasar las discusiones, pero un funcionario europeo confió a AFP que la solución de la cuestión pesquera “es realmente muy difícil, y de eso depende un acuerdo”.
“Difícil pero posible”
En una reunión con legisladores, el principal negociador de la UE, el francés Michel Barnier, había dicho este jueves que cerrar un acuerdo este viernes era “difícil pero posible”, en una jornada en que todo el proceso quedó bajo presión del Parlamento Europeo.
En una declaración, los bloques políticos en el Parlamento anunciaron que están dispuestos a mantenerse listos para analizar el eventual acuerdo antes del 31 de diciembre, pero únicamente si el entendimiento es alcanzado antes del fin del domingo.
Barnier mantuvo en la jornada una reunión a puerta cerrada con la Conferencia de Presidentes del Parlamento Europeo, instancia que nuclea al titular del poder legislativo y a los jefes de las bancadas políticas, a quienes presentó una actualización sobre el estado actual de las negociaciones.
Según aseguraron fuentes legislativas a AFP, en ese diálogo Barnier dijo que era posible alcanzar un acuerdo este viernes. “Es difícil, pero posible”, habría dicho Barnier a los legisladores, de acuerdo con tres fuentes consultadas.
Discusión con plazo
En ese encuentro, el negociador europeo aseguró a los legisladores que el equipo británico había aceptado una cláusula que permitiría a Bruselas responder si los estándares en materia ambiental y de derecho laboral divergen al punto de afectar la competencia entre las empresas.
La cuestión de los derechos pesqueros, sin embargo, seguía siendo motivo de desacuerdo, aunque Bruselas aceptó explícitamente que el Reino Unido tiene derechos soberanos sobre sus aguas territoriales.
Luego de ese encuentro con los legisladores, Barnier volvió a reunirse con el negociador británico, David Frost.
En cualquier escenario, todo el proceso quedó ahora bajo la batuta del Parlamento Europeo, que debería ratificar un eventual acuerdo antes del 31 de diciembre, ya que al día siguiente el Reino Unido estará fuera del mercado único europeo y la unión aduanera.
Este escenario sugiere la convocatoria de una sesión extraordinaria del Parlamento Europeo el 28 y 29 de diciembre para ratificar el tratado.
El líder del bloque centrista Renew, Dacien Ciolos, dijo que la “incertidumbre sobre los ciudadanos y los negocios europeos como resultado de una decisión británica es intolerable”.
Por Aldo GAMBOA, con Anna CUENCA en Londres (AFP)
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