Decenas de miles de personas se reunieron el sábado en ciudades alejadas de Estados Unidos para expresar su indignación por la muerte de George Floyd, una señal de que el movimiento “Black Lives Matter” contra la brutalidad policial repercute con llamadas más extensas para abordar el racismo en Asia, Australia y Europa.
En Berlín, la policía dijo que 15.000 personas se manifestaron pacíficamente en la plaza Alexander de la capital alemana, en donde manifestantes corearon el nombre de Floyd y sostuvieron pancartas con frases como “Alto a la brutalidad policial” y “No puedo respirar”.
Floyd, un hombre de raza negra, murió después de que un policía de Minneapolis presionara su rodilla en su cuello incluso cuando rogaba por aire mientras estaba esposado e inmóvil. Las protestas internacionales comenzaron la semana pasada y estaban programadas para este fin de semana desde Sydney hasta Seúl, y desde Londres hasta Nápoles.
Varios miles de manifestantes en París desafiaron la prohibición a las protestas, emitida debido a la pandemia del coronavirus, y se reunieron a vista de la embajada de Estados Unidos, mantenidos a distancia por barreras imponentes y policías antimotines.
Entre los reunidos en la capital francés estaba Marie Djedje, de 14 años, una parisina que nació el 14 de julio, la fiesta nacional francesa.
“Nací francesa, el día en que celebramos a nuestro país. Pero todos los días siento que este país no me acepta”, dijo mientras sostenía un letrero que decía, “Ser negro no es un crimen”.
La adolescente dijo que salir del aislamiento por la cuarentena en Francia y otra vez ver a policías patrullando la hizo consciente del temor que tiene a la policía y cómo se ha armado de valor para llevar una vida superando obstáculos.
“Sé que por el color de mi piel comienzo con una desventaja, por ejemplo, si quiero conseguir un departamento o ir a una escuela importante”, dijo. “Sé que tendré que luchar el doble que los demás. Pero estoy preparada”.
En el centro de Londres, decenas de miles participaron en un evento frente a la Plaza del Parlamento en homenaje a Floyd, así como a otras personas que murieron durante encuentros con la policía o por su indiferencia en Gran Bretaña. Algunos manifestantes ignoraron las espesas nubes y se dirigieron al Ministerio del Interior, que supervisa a la policía e inmigración, y a la embajada de Estados Unidos.
Muchos se arrodillaron y levantaron sus puños en alto afuera de la reluciente embajada al sur del río Támesis. Hubo cánticos de “Silencio es violencia” y “Color no es un crimen”.
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